Damnificados por el Otis denuncian que a diez meses de la tragedia, siguen sin recibir ayuda del gobierno federal

Redacción
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*Representan a más de 4 mil damnificados

*No se explican la ratificación de Ariadna Montiel al frente de la Secretaría del Bienestar

*Algunos mostraron sus cintillos de censados, pero después no les dieron nada

/Verónica CASTREJÓN ROMÁN

Acapulco; Guerrero, a 06 de septiembre de 2024.- Con la esperanza en los ojos, documentos en las manos y la denuncia en la voz, unos 200 damnificados del huracán Otis se plantaron en la puerta 5 del ex Centro de Convenciones de Acapulco con la mira de abordar al presidente López Obrador, quien supuestamente hoy vendría a inaugurar “la primera etapa” del Hospital del ISSSTE que ahí se construye.

A diez meses de la tragedia que descuartizó a Acapulco, con sus casas destruidas por completo o no habitables, las víctimas del meteoro que no han recibido el apoyo para los damnificados del Otis, reclaman:

“Somos seres humanos, víctimas de una catástrofe sin precedentes” y, están esperanzados, dicen, a un gesto de buena fe de un gobierno que se dice humanista.

Ahí, sobre la banqueta, enfrente de la construcción del Hospital de Tercer Nivel del ISSSTE, la más grande obra que el gobierno federal construye para Guerrero, los damnificados se apostaron desde las 10 de la mañana, pues, de buena fuente se enteraron de que AMLO se encontraba ya en la Base Naval y querían que los viera:

“Que se dé cuenta de que existimos y somos reales; que somo seres humanos que lo perdimos todo y que no hemos recibido la ayuda que nos corresponde”, declaró Enrique Meza quien se niega a ser identificado como vocero del grupo, pese a su liderazgo.

Y es que todos son damnificados, muchos, no solo de las ráfagas de viento furiosas del huracán, sino de los protagonistas de la rapiña que destruyó aún más que el meteoro.

Enrique Meza es ejemplo; luego de que el huracán destruyera el techo y vidrios de su casa, pensó en refugiarse en el piso de abajo, en donde tenía un local comercial que fue abierto con barretas en la madrugada para saquearlo.

De ahí, se fue a casa de un familiar y cuando los Servidores de la Nación censaron, no estuvo en su casa.

Empezó así su peregrinar, lo mismo que los más de 4 mil damnificados que, de manera orgánica, se fueron uniendo en un compacto grupo enemigo de plantones, bloqueos, marchas y manifestaciones que pudieran afectar el ritmo de la ciudad.

La espera se prolongó por más de tres horas y fue infructuosa; el presidente no llegó y dicen que la supuesta inauguración de la supuesta “primera etapa” del Hospital del ISSTE será realizada hasta el próximo 20 de septiembre.

Esta vez, argumentó Meza, la decisión de campesinos de Coyuca y de la zona rural de Acapulco; de maestros inconformes con los servicios médicos, “que no son como los de Dinamarca”, y de otros grupos de damnificados que pretendían manifestarse ante el presidente de la República, evitó que Andrés Manuel López Obrador acudiera hoy a Acapulco y que su estancia en el puerto se haya manejado con mucho sigilo, pues de acuerdo con personas que trabajan en la Base Naval, AMLO sí estuvo ahí esta mañana.

De cualquier forma, damnificados por el Otis y víctimas de “la ineficiencia de la secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel”, como la señora Martha Rosa Abarca Medina, de la colonia Emiliano Zapata, buscarán la forma de verlo el próximo día 20 para enseñarle los destrozos sobre los que viven, y para contarle que a ella los vidrios de la ventana de su casa se le vinieron encima y enfermó de asma por la ventolera y el agua que la empapó, sin nadie que pudiera ayudarla, pues es viuda y vive sola.

Varios mostraron cintillos y documentos que demuestran que fueron censados, pero no recibieron los apoyos, no les dieron enseres o no les dieron el dinero completo. Hay otros que se registraron, pero no les entregaron ni el cintillo, ni nada.


“Somos sobrevivientes del Otis”, dice con voz emocionada y con visible desaliento, Enrique Meza, quien no encuentra la congruencia del gobierno para reconocer el trabajo de sus funcionarios en los que no ve una pizca de interés real de atender a los seres humanos “que son víctimas del huracán Otis, que perdieron su patrimonio y que son titulares de propiedad mayores de 40 o 50 años, por dios; son personas que trabajaron toda su vida para tener una casa o un cuarto, Otis se los quitó y el gobierno los abandonó”.

Denuncia que la directora de un área de la Secretaría del Bienestar, Eunice Arias Arias, se comprometió a resolverles y ni siquiera les contestó después de que ellos le enviaron la lista de damnificados con pruebas de todo lo que perdieron, “pese a que ella nos pidió ese documento, pasaron los días y nunca contestó.

Ariadna Montiel mintió, dice, una y otra vez, pues nos decían que nos apoyarían después de las elecciones y hace dos semanas que vino al puerto, declaró que la entrega de recursos por el Otis ya se terminó y que se benefició a 300 mil damnificados. “Nosotros somos más de 4 mil, pero no somos el único grupo, hay más y no, no entiendo a este gobierno que la ratificó”, enfatiza Meza.

Otras voces de damnificados manifestaron su esperanza porque la presidenta electa, Claudia Sheinbaum retome su caso y les haga justicia.

Otro grupo -ajeno al de Enrique Meza-, denominado No censados Plantón Diana, encabezado por Jaime Cárdenas y compuesto por unas 15 personas, bloqueó por unos 10 minutos la Costera y con gritos y consignas exigieron al presidente la entrega de los recursos.

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