*Rechazan su reelección
y exigen que su XXIV Asamblea Nacional se celebre hasta que Alito Moreno
termine su periodo al frente del tricolor
/Verónica CASTREJÓN
ROMÁN
Acapulco, Guerrero, a 4
de junio de 2024. Con
un pronunciamiento derivado de la intención confirmada de que Alejandro Moreno
pretende reelegirse ocho años más como dirigente nacional del PRI en la XXIV
Asamblea Nacional, a celebrarse el próximo domingo 7 de julio, cientos de
connotados priistas se declaran en contra de la modificación de los estatutos
que lo permitirían, y reclaman el aplazamiento de la asamblea.
El documento fue firmado por los expresidentes nacionales del
PRI, Dulce María Sauri, Enrique Ochoa, Pedro Joaquín Coldwell, José Antonio
González y Enrique de la Madrid quien también fungiera como candidato a la
presidencia de la República, lo mismo que Francisco Labastida Ochoa.
Están ahí también las firmas de 15 exgobernadores entre los
que destacan Arturo Montiel del Estado de México, Fernando Baeza de Chihuahua,
José Natividad González Parás de Nuevo León y Miguel Borge de Quintana Roo. No
aparecen las de los destacados priistas Manlio Fabio Beltrones (Sonora),
Roberto Madrazo (Tabasco), ni la de Beatriz Paredes (Tlaxcala).
En el pronunciamiento destacan que durante las elecciones del
2 de junio pasado el PRI obtuvo los peores resultados en su historia”; acusan a
Alito Moreno de haber ejercido un liderazgo excluyente como factor de división
que provocó la salida y el alejamiento de cuadros valiosos y de haber expulsado
a mucho que desaprobaban su quehacer político.
Destacan los resultados negativos de la gestión de Alejandro
Moreno desde el 2021 cuando perdieron hasta el estado de Campeche, cuna del
rechazado líder nacional del PRI y los
fracasos electorales del 2022 y 2023, y
acusan a la dirigencia nacional de violar la normatividad al convocar
apresuradamente a la Asamblea Nacional.
Por lo tanto, exigen el aplazamiento de la XXIV Asamblea
Nacional de su partido, y que se realice hasta después de que concluya “el
improrrogable mandato de la actual dirigencia” y que se proceda a su
“indispensable separación”, dada la dimensión de la crisis que vive el
tricolor.
Exigen también que designe democráticamente, a través del
Consejo Político Nacional, a un grupo de expresidentes del Comité Ejecutivo
Nacional y de cuadros con trayectoria, prestigio y reconocimiento, para
constituir una “dirigencia interina” que conduzca de manera colegiada,
autocrítica e incluyente los trabajos de la próxima asamblea.
Y, por último, recalcan que en los nuevos documentos básicos
debe reforzarse el principio de no reelección de la dirigencia, a fin de evitar
que, “bajo ninguna modalidad o subterfugio de cambio estatutario, se extiendan
indebidamente los mandatos de una dirigencia y que el partido quede en manos de
un grupo en particular”.
Por último advierten que el PRI es un partido casi centenario
que con sus activos y pasivos contribuyó a crear instituciones y a impulsar el
progreso de México, pero que ahora está seriamente debilitado y que “debe
repensarse, recomponerse o refundarse para poder resurgir y hacer realidad,
ante los nuevos escenarios que experimenta la vida nacional, los verdaderos
principios de “Democracia y Justicia Social” que le dieron origen.