Exigen con rehiletes justicia para más de 100 desaparecidas y víctimas de feminicidas

Redacción
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/Verónica CASTREJÓN ROMÁN

Acapulco; Guerrero, 6 de marzo de 2023. Cerca de 250 rehiletes violetas, convertidos en símbolo para exigir el regreso con vida de mujeres desaparecidas y justicia para víctimas de feminicidio, sembrarán en los camellones, colectivas feministas que marcharán este miércoles 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, a lo largo de la Costera Miguel Alemán.

Habilidosas y entusiastas, una treintena de jovencitas estudiantes y profesionales del Derecho, la Psicología y las Ciencias Políticas, se dieron cita en el Parque de la Reina, y frente al mar, sobre el suelo, elaboraron 250 de esos juguetes que las remiten a su infancia y a sus sueños de libertad cuando eran niñas y al shock que les genera el saberse vulnerables ante la violencia feminicida.

Y sobre las hojas arboladas de los rehiletes lilas, meditabundas, unas, hacendosas, todas, escribieron los nombres de amigas, hermanas, primas, alguna madre de familia, de conocidas y desconocidas, para que no se olviden, “para advertir que siguen con nosotras” y para que se haga conciencia: “Nunca más, ni una más”.

Ana Gabriela Candela Garzón, de la Red Feminista de Acapulco Revolución Violeta, alertó que pese a que poco a poco el movimiento feminista ha permeado en la conciencia de la sociedad guerrerense, la violencia contra las mujeres crece día con día, y sin dar cifras exactas, sino aproximaciones, informó que en 2022 hubo más de 100 casos de desaparecidas y que sólo este año, y hasta el mes pasado, ya se habían registrado en la entidad 9 feminicidios y 20 desaparecidas.

“Las cifras son aproximadas porque cambian día con día, desafortunadamente, en municipios como Chilpancingo y Petatlán, por ejemplo; pero la gran mayoría suceden en Acapulco a mujeres de 30 y menos años de edad, por lo regular”, dijo en la entrevista Candela Garzón,  quien señaló que cifras más precisas de víctimas, entre las que también hay niñas, se darán a conocer en la marcha del 8 de marzo.

La brisa del mar refrescaba el ambiente por el que se colaban las canciones de la rapera Rebeca Lane, una joven guatemalteca que da voz o coincide con las voces de mujeres que hoy en día ya no están dispuestas a seguir soportando las estructuras sociales de un sistema que tiene como paradigma al hombre, al patriarca:

“Afuera ahora es un campo de batalla y mi cuerpo se ha convertido en trinchera”, “no voy a vivir encerrada ni con miedos”, “No, es no; cuando digo no, no es sí. No es no, no significa insistir. No es no”, “no vine al mundo para hacerte feliz ni a que tus golpes me dejen cicatriz”, “mi cuerpo ha sido terreno ocupado por las expectativas que tiene el patriarcado”, “ni dios ni patria, ni marido ni partido; así es como nací y así he vivido”, canta la rapera en el altavoz y las chicas meditan, corean, repiten mientras  recortan y escriben en los rehiletes:

Natalia, Ilse, Lucía, Salma, muertas a manos de feminicidas;  Karen, Estefanía,  Emilia, Yazmín, Yamileth, Alicia, Maricela , Mariana”, y otros nombres más de desaparecidas, la más reciente. Karen Melissa Peñaloza.

“¡Justicia!”, “Ni una más”, “Amiga, no estás sola”, “Te acompañamos, ya no callamos”, “No es no”, “Quiero vivir sin miedo”, “el Estado opresor es un macho violador”, “Mañana no quiero faltar yo”, “No estamos todas”, “Nos falta Yaneli”, “Amiga, yo sí te creo”, exigen, sentencian,  advierten los pequeños letreros de los rehiletes.

Y en la entrevista, Ana Gabriela Candela reflexiona y comenta que sí, que el movimiento de las colectivas feministas en Guerrero, y el movimiento feminista en sí, han rendido frutos: “Cuando iniciamos y convocábamos, queríamos que más chavas hicieran cosas y surgieron colectivas en diferentes regiones de Guerrero, como la Montaña, Costa Chica y Acapulco”.

Hay también, dijo, otra actitud de las muchachas y otras formas de lucha, como los tendederos en donde las estudiantes de preparatoria o de otras escuelas se atreven a denunciar el acoso de maestros y compañeros de estudios.

Dijo saber que ha habido sanciones respecto a eso, pero que además, en varias escuelas, universidades y centros de trabajo se han establecido protocolos en pro de las mujeres y el estado ha dictado políticas públicas; pero no están satisfechas, dijo, porque la violencia hacia las mujeres persiste y se incrementa día con día.

En otra de sus canciones, Rebeca Lane plantea: “los que nos masacraron aún controlan el Estado”, “escribimos la historia por nuestro lado”, “estamos armando un ejército”, “ya no son los tiempos de antes, ya no voy a dejar que un patriarca me mande, soy reina del caos”.

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