Ni ambulancia de urgencias ni paramédicos en la jornada de revacunación contra Covid-19

Redacción
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/VERÓNICA CASTREJÓN ROMÁN

Acapulco; Gro., 17 de diciembre de 2021. El sol pega a plomo a las once de la acapulqueña mañana. Las calles que rodean a la Unidad Deportiva Acapulco (UDA) atestiguan una peregrinación acompasada que se mueve a buen ritmo: Son los adultos mayores que hoy, por segundo día consecutivo –de manera oficial—recibirán el refuerzo de su vacuna contra el Covid-19.

En la puerta de entrada, los diminutivos son pródigos: “Le vamos a llenar su hojita”, “madrecita”, “padrecito”, “tenga su sillita”. ¡Violencia simbólica! No son menores de edad, no son niñitas ni niñitos, sino hombres y mujeres que con toda la lucidez que les dan sus más de 60 años cumplidos, hoy con toda conciencia reciben su tercera dosis: la de AstraZéneca.

Adentro, en doce módulos de vacunación, 24 enfermeras y enfermeros del ISSSTE, IMSS, la Secretaría de Salud y de la Marina vacunan con comedimiento a los encanecidos asistentes. Servidores de la Nación dan muestras de organización, eficiencia y buenos modales. No hay queja.

Eso sí, por  ningún  lado hay ni paramédicos ni ambulancia alguna por si llegara a haber alguna emergencia. Un solo médico es responsable de la actividad.

--Oiga, perdone, ¿y personal de emergencias hay?

--Ayer había paramédicos, pero hoy creo que no vinieron. Responde así (“¡sin nombres, por favor!”) la Coordinadora de Observación de los adultos mayores ya vacunados, quienes, por cierto, se quedan media hora si así lo deciden, pues no hay nadie que controle su salida.

--¿Y si sucede algo?, ¿si alguien resulta con shock alérgico, qué harán?

--¡Ah, eso ni ha sucedido ni va  a suceder!”. Contesta una enfermera que se niega a dar su nombre.

--¿Pero, y si sucede, qué harán?

--Estamos en contacto con una ambulancia de urgencias.

--¿Y en dónde está esa ambulancia? Afuera, en las calles a la redonda no hay ninguna estacionada.

Mutis…

Mucho trabajo. Este día se aplicarán 3 mil dosis y solo a aquellos cuyo primer apellido inicia con la letra B. Ahora sí no hubo espacio para los que la vez pasada acudieron en sus carros en las fechas que quisieron. Hoy tendrán que hacer fila, formarse bajo los rayos chisporroteantes de calor del sol.

¡Qué curioso, ni una sola cara conocida! ni de empresarios, ni de funcionarios ni de políticos VIP. ¿Ninguno se apellida con esa letra inicial?

Lo que sí está es un gran basurero en la esquina, en el que se estrellan las promesas de campaña. Enorme y húmedo, desprende un intenso olor acapulqueño que se mezcla con el de los tacos, tamales y frutas de la vendimia callejera.

Los  discapacitados pasan primero. Ahí, los que van en sillas de ruedas o sostenidos por andaderas o bastones se apartan. Los sientan en la sombra y de diez en diez pasan a los módulos de aplicación de la vacuna.

Las recomendaciones son las mismas: solo puede tomar paracetamol si le da calentura o le duele la cabeza. Ni gota de alcohol de aquí y hasta los próximos 15 días. ¡Adiós brindis navideño y de fin de año! “Ni gota de alcohol”, le tuvieron que repetir a un señor que insistía en las fechas: “¡es que viene Navidad y el Año Nuevo!”.

Ahora sí que ¡Lástima Margarito, para qué te apellidas con B!

La larga cola de adultos mayores inició a las 4 de la madrugada y culminó a las 3 y piquito de la tarde. El lunes les toca a los que se apellidan con C y esta primera etapa termina el jueves 23, con los de la letra G.

La segunda etapa de aplicación del refuerzo de la vacuna se dará a conocer después, “pero abarcará todo diciembre”, advirtió con una sonrisa pícara la enfermera que recalcó la inconveniencia del consumo de alcohol.

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